_Título: TAUROMÁTICO, PLAZA DE TOROS HIPERPORTÁTIL
_Autor: John Porral
_Tutor: Izaskun Chinchilla
_Fecha: Noviembre 2013
_Escuela: San Pablo CEU
_Sección: Arquitectura desmontable
_Vídeo: Montaje de tauromático. PFC John Porral >>
Las corridas de
toros han sufrido una caída en popularidad en los últimos años. Los motivos son
varios, pero sea cual sea la razón se crea un problema para el arquitecto, que
debe encontrar justificación para su obra. No es razonable construir enormes
monumentos a un espectáculo en decadencia.
Con la caída en
el favor del público y la prohibición en algunas comunidades, las plazas de
toros existentes están siendo reconvertidas para dar uso al espacio (las Arenas
de Barcelona, Vistalegre de Madrid).
Ante este
panorama, hay que poner en duda la necesidad de una nueva plaza de toros, o por
lo menos ser consciente de la inevitable desaparición del espectáculo.
Aunque parezca
extraño proyectar sabiendo que, en un futuro, el proyecto se quedará obsoleto,
no es la primera vez que ocurre en la arquitectura, y en otras industrias es
habitual.
La arquitectura
efímera de las exposiciones universales se crea sabiendo en todo momento que es
temporal, y se toman medidas al respecto en cuanto a sus procesos de montaje y
posterior reciclado. Por otro lado, la industria tecnológica diseña sus
productos en ciclos muy cortos, para mantener su competitividad. Es decir, se
crean conociendo su fecha de caducidad.
Sabiendo esto,
se pueden deducir dos soluciones; o bien la plaza de toros debe ser nómada,
buscando un público que va reduciéndose en tamaño progresivamente, o bien debe
incorporar nuevas funciones que justifiquen su existencia, dando cabida a un
público distinto del que fuera a disfrutar del espectáculo.
Con respecto a
la primera solución - sobre la transportabilidad del proyecto -, si el objetivo
es competir con las plazas de toros desmontables que existen actualmente en el
mercado, hay que prestar especial atención a simplificar el proceso de montaje,
evitando usar maquinaria pesada y demasiada mano de obra. Las plazas existentes
están optimizadas para minimizar costes, y este proyecto, si no más barato,
debe ser más rápido y fácil de montar.
Sobre las nuevas
funciones, y teniendo en cuenta el carácter móvil del proyecto, la plaza debe
dar cabida a otros programas temporales, como las fiestas de los pueblos. La
unión de la tradición taurina y las fiestas vernaculares parece, en principio,
compatible, y de esta forma la plaza de toros puede convertirse en el centro
(literal) de las fiestas.
Es decir,
teniendo en cuenta ambas estrategias, la plaza de toros se convierte en una
estructura temporal que, sin olvidar que su objetivo principal es el
espectáculo del toro, ofrece actividades complementarias.
Con unos
condicionantes tan estrictos, especialmente con respecto a la
transportabilidad, el proceso proyectual es complicado. Se aborda a través de
aproximaciones consecutivas, en las que se prueban distintas soluciones, a la
vez que se incorporan nuevas variables. El resultado final es un proyecto que
evoluciona con cada generación, corrigiendo los errores de las fases
antecesoras.
Concretamente,
la solución a la que se llega es a una segmentación en 18 de la vuelta del
ruedo, siendo cada segmento una macroestructura independiente del resto, capaz
de plegarse y viajar en camión. Esta estructura, repetida 18 veces en círculo,
forma el esqueleto básico de la plaza de toros, en esencia el graderío. Es
importante insistir en la capacidad automontante del proyecto, que despliega
cada segmento con una mínima intervención humana, y sin ayuda alguna de
maquinaria externa (grúas o similar).
Prestar tanta
atención a la transportabilidad y automontaje del proyecto tiene consecuencias
directas en la forma de la plaza. Por ejemplo, para poder ser transportado, el
segmento en posición plegada debe caber dentro de la envolvente máxima del
camión, respetando las normas de circulación en carretera sin tener que pedir
permisos especiales. Debe, además, pesar menos que la tara máxima de un camión
(28 toneladas). A partir de unos condicionantes tan concretos se toman
decisiones como la forma de plegado, qué materiales usar, o incluso el aforo
máximo.
El resultado es
una plaza de toros capaz de montarse a sí misma, de llevar a cabo el
espectáculo, y albergar usos alternativos en su planta baja. Se despliega sin
ayuda de mecanismos externos sobre topografías irregulares, y se transporta en
un camión ordinario por carreteras convencionales.
Alucinante...
ResponderEliminar!!!!
ResponderEliminarme encanta, menudo proyectazo. Enhorabuena al autor.
ResponderEliminarvaya locura mas sana!!
ResponderEliminarfantastico
ResponderEliminarCuando veo proyectos como este, no por el objeto sino por el objetivo, es cuando me siento afortunado de que de los mil un camino que tuvo mi vida, esté caminando por el acertado. Viva la arquitectura.
ResponderEliminarCuando veo proyectos como este, no por el objeto sino por el objetivo, es cuando me siento afortunado de que de los mil un camino que tuvo mi vida, esté caminando por el acertado. Viva la arquitectura.
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