_Título: TALASOTERAPIA EN EL MAR MENOR
_Tutor: Alberto Morell-Eduardo
Pérez
_Fecha: Febrero 2014
_Escuela: ETSAM
_Sección: balnearios
Las Salinas de San Pedro del Pinatar son un espacio único dentro de otro
gran espacio singular como es el Mar Menor. Una zona límite de balsas de agua
entre dos mares, el Menor y el Mediterráneo.
Se propone un eje de relación
entre ambos situado sobre el trazado preexistente de las salinas, que se
integra como parte de él.
En el extremo del Mar Menor, entre las dos charcas mayores, aparece el
edificio que alberga el programa de talasoterapia. Se erige como un dique entre
aguas, que se materializa sobre cajones de hormigón que lo ordenan en una trama
de 3 x 3 metros. El espacio interior se concibe como algo muy sólido y pétreo,
donde la luz proveniente de huecos en fachada y cubierta define volúmenes
rotundos, que se combinan con las perforaciones en el basamento donde si sitúan
las piscinas. Hacia el noroeste el edificio tiene una cara urbana, de huecos
menores, y una pasarela exenta que permite el paso sin entrar en el balneario.
Hacia el sureste el programa se proyecta al exterior en grandes huecos con
plataformas de baño que se asoman hacia el paisaje lejano y proporcionan un
lugar para la aplicación de barros de las salinas, de altas propiedades
curativas. Los remates del edificio albergan espacios públicos de cafetería y
restaurante, preservando la intimidad de los espacios de baño, situados en la
zona central.
El eje de la actuación se proyecta al llegar a la orilla del Mar Menor
en forma de plataforma ligera que sirve de amarre para pequeñas embarcaciones y
zona de mirador y baño. Este pantalán se relaciona con otros similares que
aparecen a lo largo de toda la costa de este mar, que hacen las veces de
plataformas de baño y que tienen su origen en los pequeños balnearios privados
que existían en el s.XIX. Constan de pasarelas perpendiculares a la orilla que
avanzan sobre el mar buscando aguas más
profundas y se rematan con espacios más amplios de baño y descanso.
Contrasta la masividad del edificio con la ligereza de la estructura de
madera empleada en el pantalán y en las plataformas exteriores.
El eje hasta el Mediterráneo se completa con un camino entre las charcas
que cuenta con espacios mirador para la observación de aves, de gran diversidad
e importancia en este paisaje.
En el extremo, el eje se continúa con otro saliente hacia el mar, de
mayor tamaño, acorde a la mayor escala del mar Mediterráneo, que es el puerto
de San Pedro del Pinatar.
Ante un paisaje tan llano se plantea un proyecto de fuerte
horizontalidad, de líneas regulares que se integren en el trazado de las
salinas y de colores neutros que no interfieran en las distintas tonalidades
características del agua de las charcas. Un proyecto sencillo que se sirve de
todo lo que le da el lugar y aporta los elementos justos para completar el
programa.
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