_Título: CENTRO DE REGENERACIÓN DEL VALLE DE LACIANA
_Tutor: María José Aranguren + Rafael Torrelo
_Fecha: Abril 2014
_Escuela: ETSAM
_Sección: rehabilitación, paisaje,
infraestructura
Contexto histórico
La
propuesta se sitúa en el término municipal de Villablino, capital del valle
minero de Laciana, en León; entre las comarcas de Babia, Omaña, El Bierzo y el
Principado de Asturias. Es importante conocer algunos aspectos de la historia
reciente de la zona para justificar la razón de ser de la intervención.
Ya desde
finales del siglo XIX comenzaron a aparecer en la comarca diferentes minas de
carbón privadas, pero no fue hasta 1918, con la aparición de la empresa Minero
Siderúrgica Ponferrada, cuando la minería comenzó a cambiar los usos y
costumbres de los lacaniegos, pasando progresivamente de ser una sociedad agro-ganadera
a obrero-minera. La llegada del tren, para mercancías y pasajeros, comunica el
valle con el exterior; se consolida una burguesía dedicada al comercio y una
populosa clase trabajadora. El munipio de Villablino pasa de tener cinco mil
habitantes en 1920 a 15 mil en 1960, cifra que se mantiene estable hasta el año
2000, cuando comienza un acusado descenso de la población, que continúa, con
menos de 10 mil personas censadas en el municipio. Este acusado descenso es provocado por los
sucesivos planes de jubilaciones anticipadas, que se aplicaron en las compañías
carboneras de la zona, el aumento del desempleo y el cierre de comercio
dependientes de la minería.
En el año
2010, el anuncio de que serán canceladas las ayudas al carbón de la Unión Europea
a partir de 2014, supone un punto de inflexión en el sector, cayendo este en
una grave y aparentemente irreversible crisis.
Llegado
el año 2014, continúa la incertidumbre entre los lacaniegos: unos solicitan la
prórroga de las ayudas más allá de 2014, iniciando en febrero la conocida como
segunda "marcha negra"; otros reclaman el cierre de una etapa en el
valle, cerrando las minas y favoreciendo el turismo, aprovechando el potencial
de una comarca que, en 2005, fue declarada reserva de la Biosfera por la
Unesco, reconocimiento avalado por las poblaciones de osos pardos y urogallos
que habitan sus bosques.
Planteamiento de la estrategia de intervención
El
proyecto pretende atajar el problema, abarcándolo en su conjunto. Se propone
iniciar, cuanto antes, el programa de regeneración del valle de Laciana. Esta
regeneración pretende abarcar la cuestión social, en el que la población se ve
obligada a realizar un cambio de base; y la cuestión medioambiental: un rico
patrimonio natural que ha sido menospreciado y degradado durante más de un
siglo, que se convierte de repente en un bien determinante para el futuro de la
comarca.
Se
propone el actual lavadero de carbón, que actualmente está siendo desmantelado,
como sede y objeto de ensayo de dicha regeneración.
. El
lavadero de carbón, epicentro de la regeneración
El
lavadero de carbón de Villablino fue construido a mediados de los años ochenta
por la empresa Coto Minero Cantábrico, antigua Minero Siderúrgica Ponferrada,
en la época en la que era la mayor empresa minera de Europa. Se encuentra a las
afueras del término municipal, sobre las vías del tren, junto al cauce del río
Sil. El complejo, con una superficie de algo más de 5 Ha, está vallado con
acceso restringido y bloquea el acceso a la ribera del río desde el casco
urbano. Al lavadero llegan camiones y vagones desde las minas, se criba y el
carbón carbón a lo largo de su recorrido hasta llegar a la nave de mayor
tamaño, donde es lavado. Se emplea el agua de lluvia recogida en el deposito
una vez usada se limpia por decantación en el tanque espesador. El carbón se
acumulada en la explanada contigua al edificio, mientras que la tierra que fue
extraída junto al carbón es depositada ladera arriba, donde antes había bosque.
Situado a
los pies de imponentes montañas, en una cota inferior a la del casco urbano, es
difícil determinar la escala de los edificios que forman el lavadero. La
arquitectura la conforman altas naves de unos treinta metros de altura,
distinguiéndose desde el casco urbano tres naves menores y una mayor,
comunicadas entre sí por una serie de pasarelas inclinadas mecanizadas.
De virus destructor a motor regenerador.
. Los
inicios. Implantación.
El
lavadero de carbón, testigo del auge y crisis de la industria minera, se erige
como símbolo de una época. Su inminente cierre supone una oportunidad para
dotar un nuevo significado al complejo minero, aprovechando su potente figura
como epicentro y campo de ensayo de la regeneración del valle.
Se
suprimen barreras. Las vías de tren abandonadas pasan a integrase en el
programa de Vías Verdes de España, consistente en convertir en senderos las
vías de tren españolas abandonadas. En el terreno se comienza descompactando el
suelo contaminado tras décadas aprisionado bajo el carbón; se nivela el terreno
y se abren nuevos caminos que descienden hasta la ribera del Sil desde el casco
urbano. Se trabaja el terreno para recuperar el sustrato; se plantan especies
colonizadores fijadoras de nitrógeno, leguminosas que atraen al ganado bovino
de la zona, en una relación simbiótica, donde unos se alimentan y el otro se
abona.
En la
ladera de la montaña, donde se acumulan los escombros que salieron del lavadero
durante décadas conducidos hasta la cima a través de una pasarela mecánica, se
abona el terreno, se hacen taludes para evitar desprendimientos y se aprovecha
para abrir un camino que descienda serpenteante hacia el río.
Estas
iniciativas son promocionadas desde el CRVL (Centro de Regeneración del Valle
de Laciana), con sede en la nave principal de lo que fue el lavadero de carbón,
convertida en un espacio público abierto a los lacianegos. La rehabilitación
consiste en una nube de plataformas colgada de la parte superior de la potente
estructura existente. Sobre esas plataformas se habilita el programa correspondiente,
definido por la disposición del mobiliario,
permitiendo la constante reprogramación del espacio a medida que avanza
el proceso de regeneración. Un espacio contenido en el interior de una batería de pórticos de setenta metros
de fondo, treinta de ancho y treinta de alto; recubierto por una doble piel
transparente que lo convierte en un gran invernadero. Las plataformas están
comunicadas mediante escaleras ligeras, comunicadas en diferentes circuitos
ascendentes. Estas escaleras atan y estabilizan el conjunto, anclado al suelo
en el exterior en forma de tres núcleos cilíndricos. En esos núcleos de nueva
construcción, se disponen las comunicaciones verticales, los servicios y las
instalaciones.
Se
mantiene el uso de las infraestructuras existentes: el agua recogida en el
depósito sirve a los usos del Centro, es tratada en el antiguo tanque espesador
y es reutilizada en los jardines y viveros, a los que se accede a través de las
pasarelas existentes rehabilitadas. Al atardecer comienza a encenderse el envés
de cada una de las plataformas, brillando gracias a la energía de los paneles
fotovoltáicos translúcidos de la cubierta, almacenados en baterías de
nitrógeno. El tiempo y la intensidad con la que lucen las plataformas es
proporcional a la energía que ha sido acumulada por los paneles. Lo mismo
ocurre con las luces de las pasarelas mecánicas: la envolvente de paneles
fotovoltaicos, ubicados en los planos con mejor orientación, proporciona la
energía necesaria para que las pasarelas mecánicas se pongan en funcionamiento
- sólo cuando son utilizadas -, empleando la energía sobrante para iluminación.
La
actuación sobre las otras tres naves del complejo del lavadero de carbón es
menor. Se retira la envolvente de las tres piezas, dejando el esqueleto
estructural al descubierto. Sobre esa estructura, sobredimensionada para su
nuevo uso, se apoyan forjados ligeros comunicados entre sí y se envuelve la
crujía de la cabecera de cada nave con paneles de policarbonato iguales a los
empleados en la envolvente de la nave principal. El resto de crujías se protege
convenientemente de los vientos dominantes del norte con textiles manipulados
por los trabajadores. Se mantiene la intercomunicación entre las naves a través
de pasarelas mecánicas que son rehabilitadas para el uso de transporte de
mercancía y de personas.
En estas
naves se disponen los viveros donde se cultivan las especies que más tarde
serán transplantadas al terreno. Se aprovecha la disposición vertical de los
forjados para acumular el excedente de agua en tanques en la parte inferior
para luego hacer recircular ese agua. Inicialmente, los viveros funcionarán
como laboratorios de ensayo y centro formativo, abriéndose progresivamente con
fines comerciales, tendiendo hacia la autofinanciación. En la antigua nave de
silos de carbón bruto se habilita el
vivero de especies de reforestación, que servirán para reforestar las
escombreras del valle. Especies autóctonas colonizadoras resistentes al pH
ácido: Betula celtiberica (abedul), salix atrocinerea (sauce ceniciento), ulex
gall (tojo) y genista florida. Con el tiempo se incorporarían otras especies
autóctonas de hayedos, abedules y robles. En la antigua nave de silos de carbón
térmico se instala el vivero de especies frutales resistentes al clima de la zona,
que servirán para ser plantados en terrenos contaminados una vez recuperado el
sustrato. Entre las especies frutícolas
se encuentran el avellano, arándano, membrillero, manzano, cerezo, acerolo,
ciruelo, endrina, grosella, nogal, melocotenero o el peral. En la antigua nave
de silos de carbón doméstico, la de menor tamaño, se habilita el vivero de especies
decorativas, que servirá a parques y jardines en el valle.
. La consolidación del sistema
Transcurridos
unos seis años desde la iniciación del proceso de regeneración, comienza a
consolidarse el funcionamiento del sistema.
En la comarca conviven tres generaciones predominantes de población:
los jubilados y prejubilados que años atrás se dedicaron a la minería; la
población activa nacida en los años ochenta y noventa , criada en una
sociedad enfocada a la minería que al llegar a la edad de trabajar se encontró
con el desmantelamiento de la industria; y por último están los hijos de estos,
nuevas generaciones, nacidos en época de transición, que sólo conocen las
cicatrices de la minería. Los primeros, relativamente jóvenes para no
pertenecer a la población activa, tienen mucho tiempo libre y recursos
económicos, cayendo a menudo en depresiones y adicciones. Los segundos, con
acceso económico a la educación superior, optaron por quedarse en la comarca en
vistas a trabajar en el sector minero y a los pocos años quebró. El sector más
joven es consciente del pasado minero, pero debe abrir nuevos caminos a las
generaciones futuras.
El CRVL
pretende dar una respuesta a las diferentes cuestiones. En el aspecto laboral,
la creación del Centro ha supuesto la creación de decenas de puestos de trabajo
desde su construcción. Se genera empleo en
el funcionamiento de los viveros, tanto en su mantenimiento como en la
venta a particulares. Los viveros son además campo de ensayo y base de la
formación profesional enfocada a crear empleo en el área de la conservación
medioambiental. La venta al público se realiza en la planta de acceso de la
nave principal, epicentro del complejo, que funciona como plaza cubierta para
los lacianegos.
Los
niveles superiores se han programado para albergar un centro de investigación,
desarrollo y formación en el área medioambiental, habilitando las plataformas
del nivel 4 , más recogidas con altura una libre menor, para aulas; las del
nivel 5, de mayores dimensiones, para
talleres de trabajo en grupo y las plataformas del sexto nivel para
laboratorios. Es necesario habilitar algunas de las plataformas como oficinas
para la gestión del Centro. Las plataformas se encuentra comunicadas una a una,
por lo que es fácil definir circuitos ascendentes cerrados dedicado al
desarrollo de un mismo programa. Las plataformas de mayor tamaño son de libre circulación, en los niveles 1,
3, y 7, habilitando un centro de documentación, un centro de recepción
espacios de esparcimiento. El Centro se completa con el área de logística y
área destinada a los trabajadores.
Con el
transcurrir de los años se consolida la comarca como centro de turismo natural.
Los bosques, en campañas lanzadas desde el CRVL, recuperan su esplendor perdido
durante décadas y las poblaciones de osos pardos y urogallos dejan de estar
amenazadas, pasando a convertirse en especies apreciadas, patrimonio
emblemático de la comarca. Las últimas heridas del paisaje en curarse son las
grandes minas a cielo descubierto, que son cubiertas y reforestadas, dejando de
ser barreras físicas para muchos animales del valle y recuperando los
ecosistemas. Sólo algunas de las minas a cielo descubierto se dejan intactas,
permaneciendo, al igual que la estructura del lavadero, como recuerdos del
pasado minero.
. Contenedor perenne
En unos
cuarenta años se habrá culminado la recuperación paisajística y la
reprogramación de la actividad productiva en el valle de Laciana. La
intervención ha conseguido crear un sistema, convirtiendo lo que un día fue un
lavadero de carbón en un organismo vivo y autosostenible, capaz de soportar una
nueva programación, en respuesta a las necesidades que surjan en el futuro.
Durante los dos últimos siglos
fueron explotadas las cuencas mineras del norte de León y de Asturias. El
impacto de la minería en esta región afectó su entorno, a la identidad de las
comunidades locales y a sus habitantes. En los últimos años, la legislación
europea ha ido recortando las ayudas, hasta el punto de anunciar que, a partir
de 2014, se suspenderán las ayudas a la industria del carbón.
En este escenario, la población de
la región se plantea la oportunidad de cambiar su futuro, ajeno ahora a sus
recursos minerales, y centrándose en la recuperación y conservación de su flora
y fauna, con el fin de crear una nueva economía basada en la sostenibilidad y
el turismo ecológico. El área de acción en concreto está situada en el valle de
Laciana, considerado reserva de la biosfera gracias a sus hayedos en los que
viven especies protegidas como el oso pardo y el urogallo. Es la ocasión de sacar partido de su pujante
patrimonio natural, considerando la obsoleta industria minera como un testigo
histórico del pasado de la región.
El proyecto consiste en la
transformación de un lavadero de carbón, aprovechando su valor icónico representativo
del pasado minero, en un centro de recuperación del paisaje. El centro promueve
todas las iniciativas para conservar y regenerar el degradado paisaje y, al
mismo tiempo, construir un lugar donde los habitantes, necesitados de una
reforma ocupacional, puedan formarse en los nuevos oficios relacionados con la
conservación del medio ambiente.
La transformación consiste en conservar el
funcionamiento cíclico de la gran infraestructura que es el lavadero de carbón
como una gran máquina, conservando y poniendo en valor la gran estructura
industrial. La estructura existente del edificio principal sostiene una nube de
plataformas de modulo constante interconectadas, dejando libre la planta baja
para uso recreativo y logística. Por el carácter temporal de su programa como
centro desde el que se impulsen acciones destinadas a la reocupación de la
población y recuperación del paisaje, la intervención no consiste tanto en la
inserción de un un programa definido, sino en la reconversión de un espacio
industrial en un contenedor adaptado a la escala humana, versátil y
reprogramable, capacitado para adaptarse a necesidades futuras.
. Contenedor perenne
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