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4.3.14

Tauromático, Plaza de Toros hiperportátil





_Título: TAUROMÁTICO, PLAZA DE TOROS HIPERPORTÁTIL
_Autor: John Porral
_Tutor: Izaskun Chinchilla
_Fecha: Noviembre 2013
_Escuela: San Pablo CEU
_Sección: Arquitectura desmontable
















Las corridas de toros han sufrido una caída en popularidad en los últimos años. Los motivos son varios, pero sea cual sea la razón se crea un problema para el arquitecto, que debe encontrar justificación para su obra. No es razonable construir enormes monumentos a un espectáculo en decadencia.
Con la caída en el favor del público y la prohibición en algunas comunidades, las plazas de toros existentes están siendo reconvertidas para dar uso al espacio (las Arenas de Barcelona, Vistalegre de Madrid).
Ante este panorama, hay que poner en duda la necesidad de una nueva plaza de toros, o por lo menos ser consciente de la inevitable desaparición del espectáculo.
Aunque parezca extraño proyectar sabiendo que, en un futuro, el proyecto se quedará obsoleto, no es la primera vez que ocurre en la arquitectura, y en otras industrias es habitual.
La arquitectura efímera de las exposiciones universales se crea sabiendo en todo momento que es temporal, y se toman medidas al respecto en cuanto a sus procesos de montaje y posterior reciclado. Por otro lado, la industria tecnológica diseña sus productos en ciclos muy cortos, para mantener su competitividad. Es decir, se crean conociendo su fecha de caducidad.
Sabiendo esto, se pueden deducir dos soluciones; o bien la plaza de toros debe ser nómada, buscando un público que va reduciéndose en tamaño progresivamente, o bien debe incorporar nuevas funciones que justifiquen su existencia, dando cabida a un público distinto del que fuera a disfrutar del espectáculo.
Con respecto a la primera solución - sobre la transportabilidad del proyecto -, si el objetivo es competir con las plazas de toros desmontables que existen actualmente en el mercado, hay que prestar especial atención a simplificar el proceso de montaje, evitando usar maquinaria pesada y demasiada mano de obra. Las plazas existentes están optimizadas para minimizar costes, y este proyecto, si no más barato, debe ser más rápido y fácil de montar.
Sobre las nuevas funciones, y teniendo en cuenta el carácter móvil del proyecto, la plaza debe dar cabida a otros programas temporales, como las fiestas de los pueblos. La unión de la tradición taurina y las fiestas vernaculares parece, en principio, compatible, y de esta forma la plaza de toros puede convertirse en el centro (literal) de las fiestas.
Es decir, teniendo en cuenta ambas estrategias, la plaza de toros se convierte en una estructura temporal que, sin olvidar que su objetivo principal es el espectáculo del toro, ofrece actividades complementarias.
Con unos condicionantes tan estrictos, especialmente con respecto a la transportabilidad, el proceso proyectual es complicado. Se aborda a través de aproximaciones consecutivas, en las que se prueban distintas soluciones, a la vez que se incorporan nuevas variables. El resultado final es un proyecto que evoluciona con cada generación, corrigiendo los errores de las fases antecesoras.
Concretamente, la solución a la que se llega es a una segmentación en 18 de la vuelta del ruedo, siendo cada segmento una macroestructura independiente del resto, capaz de plegarse y viajar en camión. Esta estructura, repetida 18 veces en círculo, forma el esqueleto básico de la plaza de toros, en esencia el graderío. Es importante insistir en la capacidad automontante del proyecto, que despliega cada segmento con una mínima intervención humana, y sin ayuda alguna de maquinaria externa (grúas o similar).
Prestar tanta atención a la transportabilidad y automontaje del proyecto tiene consecuencias directas en la forma de la plaza. Por ejemplo, para poder ser transportado, el segmento en posición plegada debe caber dentro de la envolvente máxima del camión, respetando las normas de circulación en carretera sin tener que pedir permisos especiales. Debe, además, pesar menos que la tara máxima de un camión (28 toneladas). A partir de unos condicionantes tan concretos se toman decisiones como la forma de plegado, qué materiales usar, o incluso el aforo máximo.
El resultado es una plaza de toros capaz de montarse a sí misma, de llevar a cabo el espectáculo, y albergar usos alternativos en su planta baja. Se despliega sin ayuda de mecanismos externos sobre topografías irregulares, y se transporta en un camión ordinario por carreteras convencionales. 

7 comentarios:

  1. me encanta, menudo proyectazo. Enhorabuena al autor.

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  2. Cuando veo proyectos como este, no por el objeto sino por el objetivo, es cuando me siento afortunado de que de los mil un camino que tuvo mi vida, esté caminando por el acertado. Viva la arquitectura.

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  3. Cuando veo proyectos como este, no por el objeto sino por el objetivo, es cuando me siento afortunado de que de los mil un camino que tuvo mi vida, esté caminando por el acertado. Viva la arquitectura.

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